Cuando Sifan Hassan consiguió la segunda medalla de bronce en la pista durante los Juegos Olímpicos de París 2024, ya estaba pensando en lo que seguí más adelante. En su camino hacia el tercer puesto en los 5 y 10 mil metros en el Stade de France a principios de la semana pasada, Hassan ya había corrido 20 kilómetros.
Le quedaban otros 42 kilómetros por recorrer y, como era de esperar, eso le pesaba en la cabeza. «La resistencia el domingo no es ninguna broma», dijo la atleta de 31 años después de su medalla de bronce en los 10 kilómetros. Un infierno para la mayoría, el paraíso para una, ya que Hassan hizo historia en un día histórico para el atletismo femenino.
Con el maratón femenil cerrando el programa de atletismo por primera vez, la corredora holandesa Hassan se convirtió en la primera mujer en la historia en ganar el oro olímpico en los 5 mil, 10 mil y maratón en el transcurso de dos Juegos. Un momento tan histórico exigía una carrera para recordar, y las mujeres dieron lo mejor de sí, luchando hasta la línea de meta, codo con codo frente a una multitud abarrotada en Les Invalides.
Es notable que sólo 14 horas antes Hassan estuviera de pie en el podio del Stade de France para recibir su segunda medalla de bronce de sus Juegos. Mientras sus rivales descansaban, haciendo sus preparativos finales con los pies en alto, ella aceptaba los aplausos de 69 mil personas.
El maratón fue histórico por muchas razones.
Se disputó en la misma ruta que tuvo lugar la Marcha de las Mujeres sobre Versalles de 1789, un evento notable durante la Revolución Francesa que tuvo lugar solo tres meses después de la toma de la Bastilla. La historia llamaba a la poseedora del récord mundial femenino Peres Jepchirchir, que ganó el Maratón de Londres a principios de este año y buscaba convertirse en la primera mujer en repetir el éxito de Tokio.
Pero en una carrera brutal disputada en condiciones de calor en el recorrido más duro jamás visto en unos Juegos, no pudo mantener el ritmo de las líderes en las etapas finales. El grupo se mantuvo unido durante los primeros 30 km aproximadamente, con la australiana Jessica Stenson liderando hasta la mitad del recorrido, pero ni ella ni Jepchirchir pudieron mantener el ritmo cuando el grupo líder de siete se alejó al frente después de 34 km.
Sin embargo, Hassan estaba allí, detrás del grupo de cabeza, con Yuka Suzuki, se escondía Tigst Assefa, Hellen Obiri, Amane Beriso Shankule y Sharon Lokedi, que marcaban el ritmo. Ese grupo se fue desintegrando a medida que el calor del día azotaba a las corredoras y el ritmo se aceleraba.
Hassan, con casi 60 kilómetros de carrera en sus piernas en los últimos 10 días, parecía que estaba empezando a flaquear.
Pero ese es su estilo: poco convencional, un poco desordenado y poco ortodoxo, pero lleno de determinación y coraje, el signo de una corredora que es simplemente incapaz de dar marcha atrás.
Eso es el resumen de su carrera olímpica.
Si lo recuerdas, se cayó en los 1,500 m en Tokio, se levantó y ganó la carrera de todos modos. No hubo tropiezos aquí, pero tuvo que esforzarse mucho. A medida que se acercaban los kilómetros finales, de repente solo estaban Hassan y Assefa.
Al acercarse a Les Invalides, Hassan se movió a lo largo de las barreras. Assefa no la dejó, los codos chocaron y Hassan quedó justo contra la valla. Como si una cosa tan pequeña como esa la detuviera. Después de 62 kilómetros de carrera durante la semana para Hassan, decidió correr los últimos 200 metros como si fuera su última carrera.
«Al final pensé: ‘Esto es solo un sprint de 100 metros. Vamos, Sifan. Uno más. Siéntelo, como quien esprinta 200 metros'», dijo después se du victoria en el maratón.
Un paso a la historia con letras de oro
Hassan ahora pasará a la historia como una de las corredores más versátiles de la historia. La leyenda checa Emil Zátopek era el único corredor que ganó las tres pruebas en los Juegos de 1952.
Pero Hassan ahora se ha ganado el derecho a ser mencionada en el mismo contexto que él como uno de los grandes corredores de fondo en la historia olímpica.
Es tan impresionante, que se cuentan con los dedos de una mano.