120K en relevos, el reto de Sal a Valle

Es la única carrera en esta modalidad y te lleva a dejar todo en cada relevo que corres, además de la convivencia con tu equipo y más de 35 Run Crews más.

Correr un evento de relevos requiere más que un poco de ganas y un equipo, mucho más si es un evento demandante como Sal a Valle Relay, una carrera que en su segundo año conjugó 38 equipos de cinco integrantes para recorrer 120 kilómetros desde Ixtapan de la Sal a Valle de Bravo, Estado de México.


Es un evento, demandante que saca lo mejor (o peor) de ti cuando estás en la ruta, que la primeras horas pueden ser divertidas y relajadas, pero conforme vas entrando a la montaña, esa sensación desaparece por las pendientes de más de 8 grados que tienes que enfrentar, es dura como pocas en las que he estado. Ganas más de 600 metros de altura en un tramo de 10-12 kilómetros y después un «destruye músculos», bajadas igual de pronunciadas para llegar a las cercanías de Valle de Bravo.


La camaradería se hace presente desde el momento previo a la carrera, cuando todos los equipos están dándole un toque especial a sus camionetas compañía. Después la junta previa y los preparativos para arrancar a las 5 de la mañana el primer tramo de la carrera, que comprende 5K obligatorios. Los primeros 4 tramos de Sal a Valle son complejos para los autos, no así para los corredores, que pasan por senderos, carretera y calles para llegar a la carretera que será su camino por los siguientes 100 kilómetros, en su mayoría de subida, sí, hay que superar la sierra que se une con el Nevado de Toluca para llegar al destino final: Rancho Avándaro.

Conforme avanzas en la ruta, te encuentras con paisajes majestuosos, tramos de carretera con vistas que dominan el horizonte y verde en casi toda su extensión, una maravilla para correr.



Desde Coatepec de Harinas comienza el ascenso, columpios, giros, pendientes, bajadas, todo para llegar al segmento ocho, ese que te llevará dentro de la montaña, a la parte más alta de la ruta a más de 2,500 msnm. Un reto para las piernas y para los pulmones, porque la mayoría de los corredores entrenan a menos de 2,300 msnm. Así, enfrentas las inclinaciones iniciales que no son nada amigables, encuentras algunos planos y te incrustas en el bosque para disfrutar de la flora y fauna de la montaña antes de llegar a Temascaltepec. El calor aprieta conforme pasan las horas y es momento de comenzar el descenso y enfrentar los cielos descapotados que te llevarán hasta El Fresno. Ahí volverás a encontrar montaña, pero un poco menos agresiva que la zona anterior, fue justo ahí en donde encontramos el enfrentamiento entre los dos punteros de la competencia. MNKS y Dromo Black, dos equipos que dieron todo y por un rato, el segundo equipo, dominó al campeón separándose hasta 15 minutos. El repunte fue en esa zona antes de llegar a El Fresno, un a distancia no mayor a 200 metros entre los MNKS y Dromo Black, poco a poco se fue alargando en favor de los primeros que, al final de esa batalla por más de 5 kilómetros, llegaron a la meta con una ventaja de poco más de tres minutos, repitiendo el título.


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La montaña destruye tus piernas, no hay duda de eso, peor aún cuando tienes que detenerte y seguir minutos después corriendo, pierdes ritmo, se cansan tus piernas y el equipo empieza a bajar el ánimo, una prueba técnica, demandante y agresiva, pero que tiene una recompensa espectacular en el último tramo de la misma. Cuando llegas a la entrada de Rancho Avándaro. Te esperan 600 metros de adoquín, para después divisar a la izquierda de la ruta un lago artificial y el arco de meta: paraíso a unos metros. Ahí es donde todos los equipos comenzaban a celebrar el éxito, merecido después de más de 8 horas de competencia y en promedio 22 kilómetros por competidor.


Sal a Valle saca lo mejor de ti para trabajar en equipo, pero también te coloca en una posición de supervivencia en cada espacio en el que tienes que correr, porque no sabes cuánto durará si no llevas una estrategia o si la inclinación o plano son más o menos agresivos de los que planeaste. Es un evento que tiene detalles por mejorar, como el control de paso de los equipos o las instrucciones de seguridad de cómo cuidar a tu corredor en la carretera, al ser una ruta abierta, de pronto había corredores que iban en solitario en una ruta libre donde los automóviles y camiones pasaban rozándolos. Es cierto, es imposible cerrar la ruta, pero sí puede haber más ahínco en la seguridad del corredor.



Es la única carrera en esta modalidad y te lleva a dejar todo en cada relevo que corres, además de la convivencia con tu equipo y más de 35 Run Crews más.

Correr un evento de relevos requiere más que un poco de ganas y un equipo, mucho más si es un evento demandante como Sal a Valle Relay, una carrera que en su segundo año conjugó 38 equipos de cinco integrantes para recorrer 120 kilómetros desde Ixtapan de la Sal a Valle de Bravo, Estado de México.


Es un evento, demandante que saca lo mejor (o peor) de ti cuando estás en la ruta, que la primeras horas pueden ser divertidas y relajadas, pero conforme vas entrando a la montaña, esa sensación desaparece por las pendientes de más de 8 grados que tienes que enfrentar, es dura como pocas en las que he estado. Ganas más de 600 metros de altura en un tramo de 10-12 kilómetros y después un «destruye músculos», bajadas igual de pronunciadas para llegar a las cercanías de Valle de Bravo.


La camaradería se hace presente desde el momento previo a la carrera, cuando todos los equipos están dándole un toque especial a sus camionetas compañía. Después la junta previa y los preparativos para arrancar a las 5 de la mañana el primer tramo de la carrera, que comprende 5K obligatorios. Los primeros 4 tramos de Sal a Valle son complejos para los autos, no así para los corredores, que pasan por senderos, carretera y calles para llegar a la carretera que será su camino por los siguientes 100 kilómetros, en su mayoría de subida, sí, hay que superar la sierra que se une con el Nevado de Toluca para llegar al destino final: Rancho Avándaro.

Conforme avanzas en la ruta, te encuentras con paisajes majestuosos, tramos de carretera con vistas que dominan el horizonte y verde en casi toda su extensión, una maravilla para correr.



Desde Coatepec de Harinas comienza el ascenso, columpios, giros, pendientes, bajadas, todo para llegar al segmento ocho, ese que te llevará dentro de la montaña, a la parte más alta de la ruta a más de 2,500 msnm. Un reto para las piernas y para los pulmones, porque la mayoría de los corredores entrenan a menos de 2,300 msnm. Así, enfrentas las inclinaciones iniciales que no son nada amigables, encuentras algunos planos y te incrustas en el bosque para disfrutar de la flora y fauna de la montaña antes de llegar a Temascaltepec. El calor aprieta conforme pasan las horas y es momento de comenzar el descenso y enfrentar los cielos descapotados que te llevarán hasta El Fresno. Ahí volverás a encontrar montaña, pero un poco menos agresiva que la zona anterior, fue justo ahí en donde encontramos el enfrentamiento entre los dos punteros de la competencia. MNKS y Dromo Black, dos equipos que dieron todo y por un rato, el segundo equipo, dominó al campeón separándose hasta 15 minutos. El repunte fue en esa zona antes de llegar a El Fresno, un a distancia no mayor a 200 metros entre los MNKS y Dromo Black, poco a poco se fue alargando en favor de los primeros que, al final de esa batalla por más de 5 kilómetros, llegaron a la meta con una ventaja de poco más de tres minutos, repitiendo el título.


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Sal a Valle saca lo mejor de ti para trabajar en equipo, pero también te coloca en una posición de supervivencia en cada espacio en el que tienes que correr, porque no sabes cuánto durará si no llevas una estrategia o si la inclinación o plano son más o menos agresivos de los que planeaste. Es un evento que tiene detalles por mejorar, como el control de paso de los equipos o las instrucciones de seguridad de cómo cuidar a tu corredor en la carretera, al ser una ruta abierta, de pronto había corredores que iban en solitario en una ruta libre donde los automóviles y camiones pasaban rozándolos. Es cierto, es imposible cerrar la ruta, pero sí puede haber más ahínco en la seguridad del corredor.



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