¡Así vivimos el 21K de la CDMX!

Ali Ruíz nos cuenta los detalles del evento, el resultado de su prueba con una semana de boost con jugo de betabel y más.

El medio maratón de la Ciudad de México es uno de los más esperados del año. Muchos corredores lo toman como parte de su entrenamiento rumbo al Maratón de la Ciudad o bien para iniciar ciclo rumbo algún otro maratón en la segunda mitad del año, por lo mismo, es el 21k con mayor participación en la ciudad; este año completaron la distancia 21 mil 564 corredores, ¡incluida yo!

Me tocó salir en el corral verde, estaba emocionada y nerviosa por comenzar la carrera. No solo quería medir mis últimos meses de entrenamiento, también quería saber cómo me sentiría físicamente después de haber incluido jugo de betabel en la última semana.


Lee también: ¿Por qué el betabel puede mejorar tu rendimiento?


Por fin a las 7am se escuchó el disparo de salida y comenzamos a avanzar, el principio siempre es muy difícil pues se vuelve una lucha entre conservar tu ritmo, rebasar a un montón de gente e ir cuidando que no te caigas o choques contra alguien en el intento.

La ruta fue la misma que el año pasado: comenzamos en el Caballito y corrimos todo Reforma hasta comenzar la subida del kilómetro 6 a la altura de la Fuente de Petróleos, que es la primera y probablemente la más pesada pues son casi dos kilómetros de subida sobre Paseo de las Palmas, que mentalmente se pueden hacer eternos, pero como dicen: «todo lo que sube, tiene que bajar», así que después tuvimos tiempo para recuperarnos un poco del kilómetro 8 al 11, pasando el Auditorio Nacional.


Comenzó la subida de Chivatito para llegar a Alencastre y posteriormente entrar a «El Sope», alrededor del kilómetro 13. Muchos de ustedes que, como yo, corren regularmente en «El Sope», no me dejarán mentir que después de 13 kilómetros con tramos mortales, la subida rumbo a la Fuente de las Ninfas puede ser asesina.


Lee también: 7 calzado de adidas que debes tener en tu clóset


Había logrado mantener mi ritmo durante los kilómetros recorridos en la carrera, pero esta subida puso a prueba mi fuerza física y mental.

Continué apretando el paso esperando llegar al Museo de Historia Natural para poder descansar las piernas en la bajada hasta el «Museo Papalote» y entrar a un tramo plano hasta regresar al Puente de Alencastre (Km 16-17) y adentrarnos al Bosque de Chapultepec.


En la entrada del bosque siempre hay mucha gente echando porras, lo que te hace más ligera la entrada. El adoquín es el enemigo de muchos pero teníamos que atravesar 3 kms de esta superficie antes de volver a salir a Reforma.


No sé ustedes, pero para mi el último kilometro siempre es el más difícil sin importar la altimetría, aunque sientes esa especie de alivio en cuanto sales del adoquín y vuelves a ver Reforma. ¡Ya solo faltaba 1 kilómetro para terminar!

Bajadita hacia la Estela de Luz y después plano hasta llegar a la meta poco antes del Ángel de la Independencia. Comencé gradualmente a acelerar mi paso en los últimos 500 metros para cerrar y llegar a la meta. ¡Lo logré!




Terminar esta carrera con un nuevo RP fue el resultado de un cúmulo de esfuerzos que no iniciaron con el silbatazo de salida, si no con semanas de entrenamientos, una dieta balanceada proporcionada por mi nutrióloga, los nitratos que me brindó el jugo de betabel la última semana, una correcta carga de carbohidratos previa a la carrera y una buena hidratación previa y durante al evento.


Si compartimos ruta, ¡muchas felicidades! A pesar de la exigencia que requirió, lo lograste. Si fue parte de tu preparación para el maratón de la Ciudad, sigue enfocado pues cada vez falta menos para la gran fiesta. Si no lo has corrido, anímate el próximo año y siente la satisfacción de conquistar esta distancia.

Ali Ruíz nos cuenta los detalles del evento, el resultado de su prueba con una semana de boost con jugo de betabel y más.

El medio maratón de la Ciudad de México es uno de los más esperados del año. Muchos corredores lo toman como parte de su entrenamiento rumbo al Maratón de la Ciudad o bien para iniciar ciclo rumbo algún otro maratón en la segunda mitad del año, por lo mismo, es el 21k con mayor participación en la ciudad; este año completaron la distancia 21 mil 564 corredores, ¡incluida yo!

Me tocó salir en el corral verde, estaba emocionada y nerviosa por comenzar la carrera. No solo quería medir mis últimos meses de entrenamiento, también quería saber cómo me sentiría físicamente después de haber incluido jugo de betabel en la última semana.


Lee también: ¿Por qué el betabel puede mejorar tu rendimiento?


Por fin a las 7am se escuchó el disparo de salida y comenzamos a avanzar, el principio siempre es muy difícil pues se vuelve una lucha entre conservar tu ritmo, rebasar a un montón de gente e ir cuidando que no te caigas o choques contra alguien en el intento.

La ruta fue la misma que el año pasado: comenzamos en el Caballito y corrimos todo Reforma hasta comenzar la subida del kilómetro 6 a la altura de la Fuente de Petróleos, que es la primera y probablemente la más pesada pues son casi dos kilómetros de subida sobre Paseo de las Palmas, que mentalmente se pueden hacer eternos, pero como dicen: «todo lo que sube, tiene que bajar», así que después tuvimos tiempo para recuperarnos un poco del kilómetro 8 al 11, pasando el Auditorio Nacional.


Comenzó la subida de Chivatito para llegar a Alencastre y posteriormente entrar a «El Sope», alrededor del kilómetro 13. Muchos de ustedes que, como yo, corren regularmente en «El Sope», no me dejarán mentir que después de 13 kilómetros con tramos mortales, la subida rumbo a la Fuente de las Ninfas puede ser asesina.


Lee también: 7 calzado de adidas que debes tener en tu clóset


Había logrado mantener mi ritmo durante los kilómetros recorridos en la carrera, pero esta subida puso a prueba mi fuerza física y mental.

Continué apretando el paso esperando llegar al Museo de Historia Natural para poder descansar las piernas en la bajada hasta el «Museo Papalote» y entrar a un tramo plano hasta regresar al Puente de Alencastre (Km 16-17) y adentrarnos al Bosque de Chapultepec.


En la entrada del bosque siempre hay mucha gente echando porras, lo que te hace más ligera la entrada. El adoquín es el enemigo de muchos pero teníamos que atravesar 3 kms de esta superficie antes de volver a salir a Reforma.


No sé ustedes, pero para mi el último kilometro siempre es el más difícil sin importar la altimetría, aunque sientes esa especie de alivio en cuanto sales del adoquín y vuelves a ver Reforma. ¡Ya solo faltaba 1 kilómetro para terminar!

Bajadita hacia la Estela de Luz y después plano hasta llegar a la meta poco antes del Ángel de la Independencia. Comencé gradualmente a acelerar mi paso en los últimos 500 metros para cerrar y llegar a la meta. ¡Lo logré!




Terminar esta carrera con un nuevo RP fue el resultado de un cúmulo de esfuerzos que no iniciaron con el silbatazo de salida, si no con semanas de entrenamientos, una dieta balanceada proporcionada por mi nutrióloga, los nitratos que me brindó el jugo de betabel la última semana, una correcta carga de carbohidratos previa a la carrera y una buena hidratación previa y durante al evento.


Si compartimos ruta, ¡muchas felicidades! A pesar de la exigencia que requirió, lo lograste. Si fue parte de tu preparación para el maratón de la Ciudad, sigue enfocado pues cada vez falta menos para la gran fiesta. Si no lo has corrido, anímate el próximo año y siente la satisfacción de conquistar esta distancia.