Puede ser que hayas pasado una increíble noche, o que tu tiempo de sueño sea más una sugerencia que algo que debas hacer. De pronto te diste cuenta que puedes tomar siestas, pero cuando despiertas, te sientes peor que cuando no duermes, ¿por qué pasa?
Con información de Elizabeth Millard para MH Estados Unidos.
Las siestas deberían ser parte de los entrenamientos, son muy refrescantes, pero si despiertas peor, tal vez estás cometiendo algunos errores muy comunes y que deberías evitar con estas recomendaciones.
No pones una alarma
Es una siesta, no una reunión, así que debería establecer un tiempo por varias razones. Definir un tiempo, y apegarse a ese tiempo cada siesta, puede ayudarte a quedarte dormido más rápido en ese periodo, y despertar más fresco.
Además, si no pones una alarma, puedes dormir demasiado, y despertar mareado. En términos de lo que deberías dormir, los especialistas recomiendan dos opciones: puede ser una de 20 minutos o 90 minutos. Es el ciclo de sueño con esta duración se logra completo. Eso es importante porque si te despiertas a la mitad, el cerebro no tiene tiempo de ajustar. Pero una siesta de 15-20 minutos es suficiente para cargarte de energía y liberarte de estrés.
Pierdes tiempo antes de tu siesta
Es un domingo tranquilo en el que despiertas y haces un par de cosas antes de volverte a dormir. Los expertos dicen que no es recomendable que sea así, porque si no, más tarde tendrás problemas para quedarte dormido. En lugar de hacer eso, dale un poco de actividad a tu cuerpo para que puedas contribuir con la relajación real.
Duermes a cualquier hora
Parte de desarrollar una verdadera higiene de sueño es ir a la cama a la misma hora. COn las siestas puede ser lo mismo, porque crea una rutina que hace más sencillo que tu cerebro entre en modo de sueño. Eso no significa que tienes que tomar una siesta todos los días a la misma hora, pero si puedes un tiempo que puede ser de mucha ayuda. Hazlo eficiente estableciendo una hora de sueño antes de que suceda. Esto le da al cerebro oportunidad de “apagarse” y estar listo para dormir.
Puede ser que hayas pasado una increíble noche, o que tu tiempo de sueño sea más una sugerencia que algo que debas hacer. De pronto te diste cuenta que puedes tomar siestas, pero cuando despiertas, te sientes peor que cuando no duermes, ¿por qué pasa?
Con información de Elizabeth Millard para MH Estados Unidos.
Las siestas deberían ser parte de los entrenamientos, son muy refrescantes, pero si despiertas peor, tal vez estás cometiendo algunos errores muy comunes y que deberías evitar con estas recomendaciones.
No pones una alarma
Es una siesta, no una reunión, así que debería establecer un tiempo por varias razones. Definir un tiempo, y apegarse a ese tiempo cada siesta, puede ayudarte a quedarte dormido más rápido en ese periodo, y despertar más fresco.
Además, si no pones una alarma, puedes dormir demasiado, y despertar mareado. En términos de lo que deberías dormir, los especialistas recomiendan dos opciones: puede ser una de 20 minutos o 90 minutos. Es el ciclo de sueño con esta duración se logra completo. Eso es importante porque si te despiertas a la mitad, el cerebro no tiene tiempo de ajustar. Pero una siesta de 15-20 minutos es suficiente para cargarte de energía y liberarte de estrés.
Pierdes tiempo antes de tu siesta
Es un domingo tranquilo en el que despiertas y haces un par de cosas antes de volverte a dormir. Los expertos dicen que no es recomendable que sea así, porque si no, más tarde tendrás problemas para quedarte dormido. En lugar de hacer eso, dale un poco de actividad a tu cuerpo para que puedas contribuir con la relajación real.
Duermes a cualquier hora
Parte de desarrollar una verdadera higiene de sueño es ir a la cama a la misma hora. COn las siestas puede ser lo mismo, porque crea una rutina que hace más sencillo que tu cerebro entre en modo de sueño. Eso no significa que tienes que tomar una siesta todos los días a la misma hora, pero si puedes un tiempo que puede ser de mucha ayuda. Hazlo eficiente estableciendo una hora de sueño antes de que suceda. Esto le da al cerebro oportunidad de “apagarse” y estar listo para dormir.